Decolonial Translation Group

Carta abierta a la gente de conciencia en Occidente

Les deseo Egipto, por Omar Barghouti

Omar Barghouti es activista palestino por los derechos humanos, residente de Egipto y autor del libro “Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS): La Lucha Global por los Derechos Palestinos” (Haymarket: 2011).

¡Les deseo Egipto!

Les deseo el empoderamiento para resistir, para luchar por la justicia social y económica, para que puedan ganar su verdadera libertad e igualdad de derechos.

Les deseo la voluntad y habilidad para romper aquellos muros de prisión que les han sido cautelosamente ocultados. Fíjense, en nuestra parte del mundo los muros de prisión y las gruesas e inquebrantables puertas son demasiado evidentes, innegables, dominantes, asfixiantes; esa es la razón por la cual nos mantenemos inquietos, rebeldes, agitados, y siempre preparando nuestro día de libertad, de luz, cuando reunamos una masa crítica lo suficientemente poderosa para cruzar todas las líneas rojas establecidas hasta el momento. Es ahí cuando podremos romper las gruesas y frías cadenas oxidadas que a lo largo de nuestras vidas han encarcelado nuestras mentes y cuerpos, como el intenso hedor de un cadáver que se pudre en una celda claustrofóbica.

Las celdas de la prisión de ustedes son, sin embargo, muy diferentes a las nuestras. Las paredes están bien escondidas de tal manera que no puedan despertar el deseo de resistir. No existe puerta de entrada hacia sus celdas de prisión: ustedes pueden desplazarse "libremente" sin que reconozcan la gran prisión en la que todavía están restringidos.

Les deseo Egipto para que puedan decolonizar sus mentes, solo así lograrán imaginar la verdadera libertad, la verdadera justicia, la verdadera igualdad, la verdadera dignidad.

Les deseo Egipto para que puedan romper la hoja de selección múltiple donde ante la pregunta “¿qué quieres?” todas las opciones que les ofrecen son equivocadas, donde la única alternativa a escoger pareciera estar entre un mal y un mal menor.

 Les deseo Egipto para que puedan, como los tunecinos, egipcios, libios, bahreinís, yemenís y ciertamente los palestinos, gritar “¡NO! Nosotros no queremos escoger la respuesta menos equivocada. Queremos otra opción que no está en su maldita lista”. Dadas las opciones entre la esclavitud y la muerte, nosotros sin duda optamos por la libertad y la vida digna. No por la esclavitud, no por la muerte.

Les deseo Egipto para que puedan colectiva, democrática y responsablemente reconstruir sus sociedades, para restablecer las reglas orientándolas a servir a la gente y no al capital salvaje y su brazo financiero, para terminar con el racismo y todo tipo de discriminación, para cuidar y estar en armonía con el medio ambiente, para reducir las guerras y los crímenes de guerra y no los puestos de trabajo, las prestaciones y los servicios públicos, para invertir en educación y salud y no en combustibles fósiles y la investigación de armas, para derrocar la represión y tiranía de las multinacionales, y para que salgan de una vez por todas de Afganistán, Irak y todos los demás lugares donde bajo el pretexto de “difundir la democracia”, sus cruzadas de justicia-propia lo que han extendido es la desintegración social y cultural, la pobreza extrema y la desesperanza absoluta.

Les deseo Egipto para que puedan reavivar el espíritu de la lucha sudafricana contra el antiapartheid, obligando a Israel a que se acoja al derecho internacional y los principios universales de los derechos humanos mediante la adopción del Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), invocado por la gran mayoría de la sociedad civil palestina. No hay una forma más efectiva, no-violenta, para poner fin a la ocupación israelí, a la discriminación racial y a décadas de negación del derecho al retorno de los refugiados establecido por la ONU.

Les deseo Egipto para que puedan cumplir con las obligaciones legales y morales de ayudar a reconstruir las violentadas economías y sociedades de sus antiguas (o actuales) colonias y así los jóvenes vuelvan a encontrar en sus propias tierras sitios viables, habitables y amables en lugar de el riesgo de muerte o, peor aún, de estar en altamar intentando alcanzar orillas lavadas de espejismo, dejando atrás sus seres queridos y el lugar que alguna vez llamaron hogar para permitir que ustedes ocupen sus ilusorias y ficticias tierras. Sabes, ellos están “aquí” porque ustedes estaban allá… ¡y todos sabemos lo que ustedes hicieron allá!

Nuestra opresión y la de ustedes están profundamente interrelacionadas y entrelazadas, ¡no se trata de un juego de sumas de ceros! Nuestra lucha conjunta por los derechos universales y las libertades no es simplemente un eslogan gratificante que nos place levantar, sino una lucha por la verdadera emancipación y autodeterminación, una idea a la cual le ha llegado a gritos su hora.

Después de Egipto, es nuestra hora. Ha llegado la hora de la libertad y justicia palestina. Ha llegado la hora para que toda la gente del mundo, particularmente los más explotados y oprimidos, reafirmemos nuestra humanidad común y recuperemos el control sobre nuestro destino.

¡Les deseo Egipto!

 

 

Traducido del inglés al español por Natalia Margarita Parada.

Revisado por Beatriz García Quesada.