Decolonial Translation Group

 

Para una historia descolonial de la libertad en Bolivia

por Víctor Hugo Quintanilla Coro, cultura Quechua, norte de Potosí

 

Resumen

Antes de la invasión del mundo occidental, las culturas indígenas originarias del Qullasuyu ejercían una concepción comunitaria de libertad, cuyo fundamento era la vida. Los procesos de la conquista y el coloniaje intentaron desmantelar esta cosmovisión con una racionalidad, que no veía en la vida más que un medio para alcanzar otras finalidades, como la libertad individual,  presupuestamente más urgente que la vida misma. Las guerras de independencia y la emergencia de los estados naciones monoculturales sancionaron políticamente esa concepción occidental de libertad, que explica el saqueo, la negación y la discriminación de las culturas indígenas, por parte del liberalismo colonial de los mestizos y criollos. Sin embargo,en febrero del 2009, la libertad liberal del estado monocultural fue repentinamente puesta en crisis, para comenzar a dar lugar al proceso de reconstitución de la libertad comunitaria, otro fundamento de las culturas originarias, y que ahora debe ser visto como parte del proyecto dedescolonización de la sociedad boliviana.

 

1. Todas las culturas indígena originarias del Qullasuyu éramos infinitamente libres antes de la invasión del mundo occidental-moderno. Era cierto que teníamos problemas, pero también logros. Después de todo, ¿qué cultura puede ser posible al margen de aciertos y desaciertos? Ninguna cultura es sólo una taza de leche. Sin embargo, no nos cabe la menor duda de que es mil veces mejor cargar con nuestros propios defectos que estar obligados a cargar el bulto de las irracionalidades de otras “civilizaciones” como la occidental. No obstante, a los quechuas y aymaras la libertad de la cultura de los españoles nos obligó a estar explotados, dominados, controlados y condicionados. ¿Qué clase de libertad es aquella que produce la opresión de otras libertades? Más aún, ¿qué tipo de libertades la que hace imposible el acontecimiento de otra concepción de libertad? Si una libertad es constitutivamente mejor que otras, ¿por qué el no convence a las demás por la vía ética (el diálogo), antes que simplemente violentarlas por la vía de la invasión, el esclavismo o el racismo? Una libertad que somete o tiende a destruir otras concepciones de libertad no puede ser verdadera, ni puede ser libertad. Los quechuas y aymaras éramos libres y el fundamento comunitario de ese tipo de libertad nos permitía estar seguros de que también éramos felices por el solo hecho de estar vivos, y no porque la vida fuera un simple medio para alcanzar finalidades supuestamente más importantes que la vida misma. Toda la modernidad, entonces, es irracional porque enseña que puede haber finalidades más urgentes que la vida, como la libertad entendida como “morir antes que esclavos vivir”.

 

2. El violento advenimiento de la racionalidad de los españoles tendió a desmantelar nuestra concepción cosmológica de libertad, aquella que afirma que no nacemos sólo para ser libres, sino para Vivir bien en comunidad. El Suma Qamaña y el Sumaj Kawsay pre-existen a toda libertad individual, incluso comunitaria, porque la vida era-es aún- mucho más esencial que cualquier otra finalidad o proyecto. No es que la libertad comunitaria y la libertad individualista estén siendo puestas al mismo nivel ¡¡¡ni muchomenos!!! La libertad comunitaria del “nosotros” es el fundamento de toda libertad individual. Los españoles del siglo XVI, fueron incapaces de comprender eso, pero a pesar de lo avanzado de la filosofía occidental, aún ahora -¡¡¡seis siglos más tarde!!!- todavía se cree que la única concepción de libertad que existe es la liberal otorgada por la razón, la libertad individual entenada de la misma ética occidental, porque sin ser su madre estuvo y aún está obligada acontrolar una hijastra que ella no ha gestado, una libertad cuya pulsión es siempre tender a liberarse de todo, incluso de sus otras madres apócrifas: la política liberal, el derecho positivo y la religion judeo-cristiana-católica-apostólica y romana.

 

3. Acaece el proceso de la “conquista” y la colonia, y lo que fueron originariamente nuestros Munay-Ajayu (espiritualidad), Yachay-Yatiña (saberes), Ruway-Luraña (éticas) y Atiy-Qamasa (política) comienzan a ser desconstruidos, prohibidos y satanizados. La libertad de la racionalidad de nuestras culturas es oprimida y esclavizada por la libertad del cristianismo impenitente, por la educación de la ilustración europea, por la economía del mercantilismo y po runa política que -al fetichizar el poder- entendía que sólo se trataba de servirse a uno mismo, antes que a los demás. Así es como la libertad occidental comienza a fundamentar la emergencia de sociedades de individualidades, rechazando el proyecto de la cultura de comunidades. La libertad occidental comienza a fundamentar una concepción de política restringida al ejercicio del poder, pero no a la promoción y reproducción de la vida de todos y no sólo de aquellos que decidían elegirse para controlar y mandar especialmente a los indígenas. Una de las consecuencias más nefastas de la colonización de nuestros imaginarios, de la paulatina sustitución de nuestra racionalidad, es la suspensión de nuestros saberes y prácticas del campo de la educación, porque se debía evitar la reproducción de nuestras identidades. Nosotros debíamos quedar en el pasado y comenzar en pensar morbosamente en el futuro, en el desarrollo, enbase a la ética occidental de “sálvese quienpueda y quien quiera”.

 

4. En el siglo XIX, los mestizos y los criollos -ellos solos- deciden liberarse de la dominación europea. Para ello, sin embargo, se recurre a la sangre de los indígenas. Visualizan la emergencia de estados-naciones donde ellos, y nadie más, puedan ser libres, o sea, siempre tender a hacerlo que quieran, como por ejemplo explotar y vender la naturaleza, incluso contra la reprobación de la espiritualidad sagrada de la Pachamama. Sin embargo, luego de los gritos, batallas y proclamas “libertarios”, la libertad lograda de los mestizos y criollos no trajo consigo también la libertad de nuestras culturas. Todos saben esto, en especial los historiadores que narran las glorias de cómo la “civilizada” modernidad terminó civilizando a los “salvajes” del Tawaintisuyo. La concepción liberal de libertad continuaba negando, ignorando, oprimiendo más y mejor la concepción comunitaria de libertad de nosotros, las culturas andinas. Para los criollos y los señores feudales era todavía una época en la que se podía matar indígenas para estar en paz consigo mismo. Se debía ser consecuente con la idea de ver al indio como un obstáculo a la modernidad y a la felicidad a lo “q’ara”: adorandoa dios en público y de rodillas, pero abusando a los quechuas y aymaras de pie, a escondidas y a veces en público.

 

5. Paralelamente a las bregas de los mestizos y criollos, también se encuentran las luchas denuestros propios héroes por el reestablecimientode nuestra libertad, nuestro Munay y Ajayu cotidianos. Las luchas por dos diferentes formas de comprender la libertad debieron haberse realizado sin mayor problema, pero los mestizos y criollos, verbi gratia Pedro Domingo Murillo, per otambién muchos otros mestizos y criollos, contribuyeron a que la lucha por la reconstituciónde la libertad del Qullasuyu fracasara. Por eso, para nosotros, ahora es muy extraño que ciertas celebraciones deseen hacer creer a todos que los mestizos o criollos del siglo XIX, también lucharon por la libertad de los indígenas. Es mucho más extraño todavía cuando -a pesar de la violencia contra los hermanos indígenas, en la Sucre del 24 de mayo del año 2008- las instituciones y ciertas autoridades pretendan hacer que todos celebremos el primer grito “libertario” de los mestizos y criollos que contribuyeron a la opresión de las culturas andinas, y que en el presente continúan discriminando nuestros saberes y prácticas, creyendo que nuestra racionalidad no contiene un horizonte para gobernar mejor este país de modernos ciegos, donde los tuertos -que son los intelectuales occidentalizados- son simples observadores.

 

6. En fin, los Estados-naciones modernos se instituyeron. Los mestizos y los criollos lograron su libertad republicana, pero todo el mundo sabe -hasta los políticos de la derecha- que los indígenas continuaron siendo una y otra vez negados. La libertad individualista de los mestizos jamás terminó ahí donde empezaba la libertad comunitaria de las culturas indígena-originarias. Avanzaba siempre más y más y más allá de sus fronteras éticas. Fue así como, especialmente después de la “revolución” de 1952, los quechuas y aymaras fueron obligados a ser libres en los términos de la racionalidad occidental-moderna.Fue una libertad que se cristalizó en la figura del ciudadano con credenciales que, primero,permitían creer que el portador existía y, segundo, que estaba obligado a ser parte de la sociedad, aunque ella no le permitiera pasear por sus plazas. Desde nuestro punto de vista, el chantaje era claro: ¿libertad comunitaria o ciudadanía individual con derechos y obligaciones? De pronto, la libertad había dejado de ser parte de las condiciones naturales del ser humano, para convertirse en una obligación que debían velar las instituciones, con fuerzas armadas principalmente preparadas para no morir, sino para matar en nombre de esa extraña libertad liberal, que se podía alcanzar a veces sólo dejando de ser parte de lo que había costado siglos de desarrollo cultural. Si aún no es así, que arroje la primera piedra quien alguna vez decidió ser libre y consecuentemente comenzó a serlo. La miopía de los intelectuales alienados, al respecto, es reveladora: no saben que están obligados a ser libres.

 

7. La libertad liberal se convirtió en una de las estrategias de la economía de mercado que el capitalismo pretende desarrollar a nivel planetario, recurriendo a la otra estrategia “cultural” de la globalización. Es imprescindible ser libre para comprar y vender todo, ello incluye la dignidad, la desnudez femenina o la verdad que antes de la modernidad no se podían comprar en el mercado a precios de oferta, con tanta naturalidad y amparados por la “justicia”.Esto explica que el mundo moderno y los empresarios occidentalizados -los justos que viven cada vez mejor pagando sólo lo justo a sus empleados, nunca demás-, renieguen contra las culturas, porque no todo se puede vender y comprar para ellas y donde lo justo es que todos tengan y coman lo mismo y por “igual”. ¡¡¡Extraña libertad es la que intenta ser siempre preservaday promovida esencialmente para sentir, pensar, hacer y decir sólo -exactamente sólo- lo que el sistema permite, o sea, únicamente lo que una cultura le permite sentir, pensar, hacer y decir a todas las demás!!! Lo que está más allá de ella es considerado como una amenaza a la libertad del capitalismo, a la que todos están obligados sopena de ir al infierno o estar condenados a ser honrados, o sea, eternamente pobres, para que la iglesia y las instituciones extranjeras -de la misma modernidad que ha producido esa pobreza vengan y se hagan los buenos a costa de una miseria generada y preservada por el modo de producción de su cultura. El buen samaritano ha contratado bandoleros para que golpeen a un inocente que luego él mismo va a socorrer, sólo a cambio de que la víctima crea en su dios, se lo trabaje gratis, vote por él en las elecciones o crea realmente que no sabe nada, para aceptar el tipo de educación que el samaritano del amor a la miseria y al conocimiento, al pobre de espíritu y a la ignorancia del otro, ha preparado con tanta fruición.

 

8. Ésta es la realidad de la libertad en el siglo XX en Bolivia: se defiende y glorifica un tipo de libertad legitimado por una religión que no permite que el paraíso sea alcanzado comunitariamente por todos. Hay elegidos, deben haberlo. La política y el derecho positivo occidentales no se quedan atrás: sancionan la libertad eminentemente individualista con una estructura constitucional y jurídica que tiende a reprimir a todo aquel o aquellos que ponen en crisis la libertad lograda por los héroes de los mestizos, la misma libertad que es la causa de un colonia lEstado nación monocultural, que permitió servir seespecialmente de los indígenas y pobres, para lograr y preservar la felicidad de los ricos en la tierra, y la felicidad de los pobres e indígenas en un cielo que hasta ahora no es intercultural ni plurilingüe, porque es un cielo que se cuida mucho de caer en el “defecto” de aprender otras concepciones culturales de paraíso. Pero también sabemos que hasta el cielo se puede comprar con sólo pagar diezmos en las iglesias, golpearse el pecho con un adoquín, marchar agachado en una procesión o arrodillarse en las misas, después de haber cometido algún pecado contra dios o contra los hombres. (Para los modernos,los crímenes contra la naturaleza no son pecados y no es necesario arrepentirse por nada). El perdón es algo que siempre vendrá, en especial si se es libre para comprarla. Si no existiera la libertad liberal para comprar y vender todo, no todos podrían alcanzar el perdón ni el paraíso por vías comunitarias. Es preciso dejar de ser libres para ser verdaderamente inocentes. Lo contrario es dejar de ser inocente para ser siempre libre.

 

9. En febrero del 2009, la libertad neoliberal del colonial Estado-nación monocultural es repentinamente puesto en crisis por la reconstitución de la libertad comunitaria, a través de un Estado plurinacional de carácter descolonial. Entonces las protestas y movilizaciones de los mestizos colonizados, de las clases coloniales y los intelectuales burgueses o alienados no se dejan esperar. Y de pronto ellos comienzan a sentir quizás lo mismo que nosnosotros sentimos cuando fuimos sometidos y educados a la fuerza por los europeos. A veces parece cierto que, finalmente, los últimos serán los primeros. Ellos, los occidentalizados, han descubierto que su concepción de libertad está en peligro. Por eso la oligarquía está dispuesta a sacrificar vidas ajenas por esa libertad que tanta corrupción, soborno, vergüenza y chantaje les hacostado. Nuestros ancestros, Tupak Katari, Bartolina Sisa o tantos otros y otras, fueron infinitamente más honorables: no ofrecieron vidas ajenas sino las propias por reestablecer una libertad, cuyo destino era siempre preservar el Sumaj kawsay y el Suma Qamaña. ¿Por qué los oligarcas y los políticos de derecha no hacen lo mismo por “su” libertad? ¿Por qué en lugar de dar mejillas ajenas no dan las propias? ¿A qué se debe que ellos no puedan sacrificar un poco de su sangre por una libertad que tanta mentira mediática y periodismo perverso les cuesta? Su cobardía es una muestra de que tal vez suconcepción de libertad no es tan valiosa como creen.

 

10. Nosotros, los quechuas y los aymaras, creemos que se ha iniciado la época de la conquista y el coloniaje de la libertad neoliberal por parte de la libertad comunitaria de los pueblos indígenas. La pregunta es si debemos proceder “ojo por ojo y diente por diente”, conforme al dictamen del antiguo testamento de los creyentes católicos, o más bien aceptar que ha llegado la hora de que los mestizos colonizados, la clase media y la oligarquía acepten aprender también de nosotros, ya que ellos no tienen una cultura históricamente propia que enseñar. La segunda opción es saludable y no costará tanto cinismo, hipocresía o falsedad como la colonial libertad del mundo occidental instalado en la ex república de Bolivia. Luchar por ese tipo de libertad, aquella que sirve sólo para darle glorias al “yo”, conduce únicamente a la muerte, pues uno de los imperativos de su acontecimiento es la tendencia a la suspensión política de la ética (comunitaria claro): la exclusión y/o eliminación de otros “yos”a veces por vías honorables. Estar dispuestos aaprender la concepción comunitaria de libertad, en cambio, conduce al Sumaj kawsay, Suma Qamaña o Vivir bien en sociedad o comunidad todos.

 

11. El tiempo de que los mestizos y los oligarcas sean terriblemente generosos con nosotros los quechuas, aymaras o guaraníes debe llegar a su fin. La vida de un héroe mestizo o criollo no vale más que la muerte de un indígena. En todo caso, varios siglos de lucha por la libertad comunitaria, para nosotros, son más importantes que un día de hora cívica en la historia de los mestizos, de la clase media y de la oligarquía del ex Estado colonial y neoliberal de los siglos XIX y XX.